País de un hombre

Afirma Porfirio Muñoz Ledo, ante los jaloneos entre el Presidente Andrés Manuel López Obrador con el Poder Judicial, que se debe frenar el país de un hombre.

País de un hombre.

Suena a la Corea de Kim, o mas antes la China de Mao, la Rusia de Stalin, la Venezuela de Chávez o la Cuba de Castro.

Suena a secuestro de libertades y a pobreza.

Y uno se pone a pensar...

AMLO llegó en 2018, alzado en brazos de un México harto y cansado. Cansado de la mala administración, del robo, de la falta de apoyos, de la inseguridad.

Llegó al cargo con todas las expectativas altas, con todos los ojos vigilantes sobre su actuar. Y hoy, a 2 años y medio de su llegada, las sensaciones son encontradas, la opinión se divide. Las expectativas se caen a pedazos.

Todas estas decisiones de golpe, como el cierre de oficinas gubernamentales, los recortes presupuestarios a programas importantes con la excusa de que solo eran usados para robar; el plan de austeridad que más parece plan de despidos masivos; el centralismo, odiosa reliquia priísta, que concentra todo el pulso del país en Palacio Nacional y las mañaneras; la obsolescencia energética, que refuerza el uso de hidrocarburos en un mundo que ya pide a gritos energías limpias; la ceguera ante las realidades de las mujeres asesinadas, tachándolo de sabotaje por parte de "las mafias"; el mesianismo, comparándose con Juárez; la polarización entre fifís y pueblo bueno, entre la oposición y la 4T.

Sí, se equivoca, ese no es el camino, esos son tumbos, cuando se necesitan acciones concretas y efectivas, cuando urge dejar atrás el caudillismo.

Pero sinceramente, ante esta retahíla de verdades, surge la pregunta, ¿Si no debe ser país de un hombre, entonces de quién o de quienes debería ser México?

Y ahí todos callan. Todos miran a los lados. ¿Quién? ¡Yo no! ¡Tú! ¿no?

No nos engañemos, no seamos tan básicos y sobre todo tan incultos. México siempre ha sido país de unos cuantos. Siempre se ha vivido a la merced de un grupo, de un partido en turno, de un presidente, antes de un caudillo, de un sindicato y su líder.

México, es una caja de préstamos, un paraíso fiscal para grandes bancos y consorcios, es un terreno baldío donde los vecinos ricos tiran su basura, es el país de "y ¿yo por qué?" "Yo no fui", "que otro lo haga".

México es hoy país de un hombre, porque nadie más se ha dignado a reclamarlo antes, mas que para saquear o para hacer negocios. Y con nadie me refiero a generaciones completas de mexicanos, no solo a un hombre o mujer

Muñoz Ledo y toda la clase política mexicana debe lavarse muy bien la boca con jabón antes de hablar de deudas históricas y de malas administraciones.

Y todos los mexicanos debemos mordernos la lengua muy fuerte antes de reclamar y quejarnos de abandono y apatía política.

Pero ojo, esto no es excusa para lo que sucede en este momento.  Obrador no está dando el ancho que todos pensaban,  pero lo que nadie entiende, es que ¡así iba a ser con el que fuera!

Porque un hombre solo no debería gobernar, porque los mexicanos que ahora lo critican desde su propia trinchera, tuvieron 18 años desde que el proyecto obradorista comenzó para unirse a él, para aportar, para ir a las primeras reuniones del Movimiento de Regeneración Nacional, tuvieron casi dos décadas para desbrozar el terreno de malas yerbas, de oportunistas, de arribistas de otros partidos.

La verdad es que todos dejamos solo a este proyecto tan interesante que era el obradorismo, y los pocos que se acercaron muchas veces no contaban con la preparación necesaria, ni con la experiencia que implica el oficio de gobernar.

No hay excusas, en una revolución política, no solo deben acercarse unos cuantos, sino todos, en cada cuadra, en cada manzana, en cada colonia.

Pero en México, desgraciadamente la única gente interesada en la política como profesión, es eso, gente interesada. Gente ambiciosa de dinero y de poder, nunca servidores públicos, nunca patriotas. Así ¿díganme cómo?

Eso es la 4T por desgracia, un grupo sin pies ni cabeza conformado por ex priistas, ex panistas, ex perredistas etc., y otro grupo un tanto mas noble pero no exento de sus propias fichitas, formado de activistas de a pie, de vendedores ambulantes, maestros de escuela, microempresarios,  desempleados, estudiantes sin experiencia ni idea de qué hacer.

Alguien que me diga, en este México necesitado de voces de reclamo:

¿Dónde están los premios nacionales de tesis, dónde están los primeros lugares en ciencias políticas, administración, negocios, agronomía, economía, pedagogía? Dónde están los filósofos y los historiadores laureados?

Todos tenemos nuestro proyecto de vida, y tal como la esposa del propio AMLO, no tenemos intención de intervenir en la vida política de México porque no es de nuestro interés. Esa es la vergüenza de la clase culta, el culto a uno mismo.

Y si le dejamos el país a un presidente, hombre mortal, no superhéroe, a un gremio de ladrones y a un club de fans sin herramientas intelectuales, es nuestra culpa y de nadie más.

¿País de un hombre? Yo diría país de nadie. País huérfano.

Yuri Cárdenas Moreno