Por: Bernardo Gutiérrez Parra
Por mucho que las autoridades hablen de combatir la
corrupción, lo cierto es que les importa un cacahuate. No hay interés, voluntad
ni ganas de atacar el flagelo. Lo único que hay todos los días son choros
retóricos donde desde el gobernador hasta el último pelagatos de la burocracia
estatal, se llenan la boca con palabras como: En Veracruz se acabó (se está
acabando, estamos luchando como nunca para combatir) la corrupción.
Puro cuento.
El panorama para el Sistema Estatal Anticorrupción en
este 2020 inicia muy complicado, entre otras cosas porque el año anterior les
recortaron el presupuesto en un 50 por ciento y este año le dieron otra
tarascada a ese porcentaje. Es decir, se planea combatir la corrupción y la
impunidad casi casi con la bendición de Dios.
En diciembre el Órgano de Gobierno de la Secretaría
Ejecutiva del Sistema Anticorrupción, solicitó un presupuesto de 32 millones de
pesos. Esa cantidad sería para lo estrictamente necesario, pero sólo les
aprobaron 18 millones con lo que no se podrán echar a andar programas prioritarios
como la Plataforma Digital.
A nivel federal y local la Ley señala que se debe
crear una gran base de datos que aloje las declaraciones patrimoniales y
de evoluciones patrimoniales de todos los servidores públicos; todas las personas
que participan en contrataciones, todos los procesos de licitación, la relación
de los funcionarios sancionados, es decir, es una gran Plataforma que permitirá
tener el pulso del manejo de los recursos. Pero no se podrá llevar a cabo porque
no hay ni para comprar toner a las impresoras.