Agencias.- Según un estudio publicado en la revista internacional "Vaccines'', el 68,7 por ciento de los padres en América Latina y el Caribe se mostró completamente seguro de inmunizar a sus hijos y el 23,4 por ciento probablemente lo haría. En contraparte, un 4,5 por ciento dudaba en no vacunar a sus menores y solo un 3,3 por ciento había decidido no vacunarlos.
"Al parecer hay un factor cultural muy fuerte. Lamentablemente, Alemania o Austria, por ejemplo, son los que menos vacunan a adultos en Europa y es posible que estos tampoco vacunen a sus hijos cuando la Agencia Europea del Medicamento (EMA), en los próximos días, dé la autorización para vacunar a los menores entre 5 y 11 años. Solo en Alemania, alrededor del 15 por ciento de los mayores de 60 años no están vacunados" comentó Felix Drexler, virólogo de la Clínica Universitaria Charité de Berlín.
Pero Europa también es muy heterogénea. Países como España, Portugal o Italia tienen una alta tasa de adultos vacunados. Al parecer, en los países más afectados durante las primeras olas, la pandemia dejó una marca más fuerte. Eso explicaría también por qué la gente en América Latina está más dispuesta a vacunarse o vacunar a sus hijos.
¿Por qué es necesario vacunar a los niños entre 5 y 11 años?
En primer lugar, porque pueden infectar a adultos en grupos de riesgo, como parientes con enfermedades previas o no vacunados, y enviarlos a cuidados intensivos. En segundo lugar, los niños también pueden enfermarse. El PIMS o el "covid persistente” son enfermedades cuya prevalencia en niños no entendemos muy bien todavía. En general, mi impresión es que el riesgo de una infección por COVID-19 en niños es mucho mayor al riesgo de la vacunación.
¿Sigue siendo extraño que los niños presenten un curso grave de COVID-19?
Es mucho más raro en comparación con los adultos o ancianos. Sin embargo, no se debe olvidar que, lamentablemente, los niños también pueden sufrir consecuencias graves de una infección por COVID-19. Y no entendemos todavía hasta qué punto quedarán secuelas, incluso si un menor es asintomático. Hay estudios preliminares que indican que los niños con un curso leve de la enfermedad o asintomáticos pueden tener algunos síntomas meses después de haberse contagiado, como dificultad para concentrarse o dolor de cabeza.
Con información de DW.
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