Agencias.- La campaña de vacunación en Brasil comenzó 25 días después de que México empezara a inocular a los primeros trabajadores del sector Salud. La estrategia de inoculación en Argentina inició con 15 días de retraso en comparación con la fecha de inicio de la de México. Y en Chile, los piquetes contra la COVID-19 comenzaron a ocurrir el mismo día que en México: el 24 de diciembre de 2020.
Pese a que México fue uno de los primeros países de América Latina en iniciar su Plan Nacional de Vacunación, las cifras disponibles a nivel internacional indican una cosa: la tasa de inoculación nacional para erradicar la pandemia de coronavirus es inferior a las de Chile, Brasil y Argentina, e incluso es una de las más bajas a nivel mundial.
De 33 naciones con datos comparables en materia de vacunación, al corte del 6 de febrero de 2021, aunque México es la décimo tercera nación con la mayor cantidad (710 mil 198) de vacunas adquiridas y aplicadas, así como el décimo tercer país con mayor cantidad (637 mil 98) de personas inoculadas, sus tasas de vacunas, de vacunados y de personas completamente vacunadas (que incluye dobles dosis aplicadas) por cada 100 personas están entre las más bajas a nivel internacional, de acuerdo con datos oficiales recopilados por la Universidad de Oxford de Inglaterra.
En el caso de las vacunas (0.55) y de los vacunados (0.49) por centenar de mexicanos y mexicanas, los niveles sólo son superiores a los de la República de Indonesia, país localizado en el Sudeste Asiático. Ello implica que en México hay seis vacunas por cada mil personas, así como cinco vacunados por cada mil habitantes.
En lo que respecta a la tasa de personas completamente vacunadas (0.06) por cada 100 personas, los datos de la Universidad de Oxford indican que los niveles de vacunación en México sólo son superiores a los de Indonesia y Brasil. En el caso mexicano, la tasa implica que sólo seis de cada 10 mil connacionales han recibido la doble dosis necesaria para evitar contagiarse, o bien y en un dado caso de recontagio, evitar síntomas graves que pongan en riesgo su vida.
En el siguiente gráfico es posible observar la comparación por indicador entre el país con mayor índice internacional, el promedio de 33 países analizados y México, al corte del 6 de febrero de 2021.
Pese a que la aplicación de vacunas per capita en México es una de las más bajas en comparación con muchas naciones, no hay datos suficientes que impliquen que el país tiene uno de los índices más bajos a nivel mundial, o bien, que la cantidad de vacunas adquiridas y aplicadas esté única y estrechamente relacionada con la calidad de los esfuerzos y estrategias gubernamentales para inocular a su población, con la finalidad de prevenir y reducir la propagación de la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2.
En el caso mexicano, la información disponible indica que la falta de dinamismo relativo está relacionada con cuestiones multifactoriales, entre ellas, algunos problemas ligados a cadenas productivas de vacunas, como por ejemplo, la falta de infraestructura para producirlas en territorio nacional, que es una diferencia significativa entre lo que ocurre en México y Argentina, como se verá más adelante; y problemas en las cadenas de distribución de vacunas, como los atrasos en la entrega de dosis pactadas con la farmacéutica Pfizer, la falta de suministro debido a las restricciones comerciales impuestas por la Unión Europea, e incluso, desigualdades internas en la distribución entre estados por insuficiente capacidad de las cadenas de frío (refrigeración de vacunas) en zonas rurales y remotas, o desfases relacionados con las rutas aéreas.
Asimismo, la dilación en la aplicación de vacunas en México implica retos en materia de trámites burocráticos, como puede ser la aprobación del uso de dosis por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) o la consolidación de acuerdos para la compra-recepción de dosis, a lo que se suma la falta de condiciones suficientes del sector Salud para garantizar la calidad de vida de las y los mexicanos.
Además existen posibles contratiempos relacionados con las distorsiones del mercado (competencia entre países) por la excesiva demanda, la escasez de la oferta y el acaparamiento de países con alto poder adquisitivo; la falta de acuerdos regionales, con un cierto grado de excepción en la relación México-Argentina que ya tiene algunos avances, como también será mencionado más adelante; y cuestiones de falta de confianza y/o de registro de la población para obtener la vacuna, considerando que al corte del 9 de febrero, sólo el 29 por ciento de la población mayor de edad (60 y más años) estaba registrada para ello.
Con información de Sin Embargo.
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