lunes, 23 de marzo de 2020

Adultos mayores en riesgo por coronavirus


Paula Urbana, de 71 años, guarda productos en un supermercado de Ciudad de México, expuesta todo el día al contagio del coronavirus.

Ciudad de México.- Es la hora de la comida y Paula Urbana, de 71 años, no ha parado de empaquetar las compras de extraños en un supermercado de la colonia Roma, en Ciudad de México. Su oficio puede sonar raro en otros lados, pero en México son las personas mayores, generalmente jubilados, quienes pasan horas de pie en las cajas del súper metiendo en bolsas la compra de la gente por una propina. Por esas cajas pasan a diario miles de manos, de bocas y de virus y la OMS ya ha determinado que los mayores de 60 son población de riesgo. Si el Gobierno no toma medidas, estos ancianos seguirán ahí cuando la epidemia se recrudezca porque la mayoría vive al día con una triste pensión o sin ella, y las propinas son tan vitales para ellos como la alimentación para toda la ciudadanía. Estas tiendas, como las farmacias, no se cerrarán.

Estos días, las compras de acopio para el confinamiento en casa les están proporcionando un dinero extra, pero teniendo en cuenta que los que están aparentemente sanos son los que están infectando, ¿cuántos de estos adultos mayores se librarán del contagio? La señora Urbana tiene miedo: está expuesta todos los días a extraños ella, bajita, morena, de piel arrugada como una pasa, delicada. Aunque lleva guantes y un tapabocas sabe que no es suficiente para protegerse. “Pero no podemos hacer nada”, afirma. “Que pase lo que nuestro Padre diga”.

En México, las cuatro principales cadenas de supermercados —Wal-Mart, Soriana, Chedraui y Comercial Mexicana— operan 6,129 tiendas, mientras que datos del instituto de estadísticas, el Inegi, muestran que los establecimientos de abarrotes en el país suman casi 600.000 y muchos ofrecen a ancianos la oportunidad de hacerse con unas propinas empacando las compras. Urbana, que lleva nueve años en este oficio, no recibe un cheque al mes. Dice que su salario proviene de las propinas. En una jornada normal, esta mujer puede hacerse con 200 pesos (ocho dólares) y si le va bien —como en esta época de compras masivas— puede alcanzar los 500 (20 dólares). “Nos dan preferencia frente a personas de otras edades”, afirma cuando se le pregunta cómo consiguió este puesto, en el que pasa de pie cinco horas al día. Comparte los gastos de casa con su hijo, lo que incluye el pago de una renta mensual de 2.500 pesos (104 dólares) en la colonia Laguna de Ticomán, al norte de capital mexicana. “No soy jubilada. Necesito este ingreso”, cuenta.

Con información de El País.

Leer reportaje completo en:

No hay comentarios:

Publicar un comentario